Gabriel Mitacchione: “A la gente le encanta nuestro producto, pero a sus jefes…”

Conoce a Gabriel Mitacchione, Sales Assitant en Kaspersky Iberia.

Juega al fútbol, toca la guitarra eléctrica y es un apasionado de todo lo relacionado con la tecnología blockchain y el mundo de los NFT. Pero no todo ha sido fácil en la vida de Gabriel: tuvo que dejar a sus padres en Venezuela y emigrar a España, donde empezó, en plena pandemia, a trabajar en Kaspersky. En esta entrevista nos cuenta cómo ha acabado dedicándose al mundo de la ciberseguridad.

– Estamos acostumbrados a ver noticias sobre la situación del país, pero ¿cómo es realmente crecer en Venezuela?

– Mi infancia fue buena. Me gustaba el deporte y jugaba mucho al fútbol con mis amigos. Mis padres son ingenieros y trabajaban en la industria petrolífera hasta que la situación política empezó a afectarnos hasta tal punto que acabaron perdiendo su trabajo y lo pasamos mal durante un tiempo. Fue especialmente duro para mí y tuve que sacar muy buenas notas en el colegio para conseguir una beca.

Cuando acabé el instituto decidí que quería ser ingeniero, como mis padres, pero con un matiz: me resultaba más interesante la Ingeniería de Materiales. Estudiar en una universidad no es fácil durante una crisis económica, pero en 2018 me gradué en Ingeniería de Materiales en la Universidad Simón Bolívar, una de las más prestigiosas del país.

– Cerca de la Universidad Estatal de Moscú, donde suelo ir a pasear con mis hijos, hay un monumento a Simón Bolívar. ¿Qué debería contarles sobre él?

– Simón Bolívar es uno de los principales personajes históricos de Latinoamérica. Desde 1500 hasta 1830 la mayoría de los países de América Latina formaban parte del Imperio español. Bolívar liberó a muchos de estos países como Bolivia, Colombia, Ecuador, Panamá, Perú y, por supuesto, Venezuela — ¡al fin y al cabo, era venezolano!

– ¿Cómo fue lo de venir a España?

–  Bueno, en tiempos de crisis mucha gente se va a otros países buscando una vida mejor. De hecho, mi padre es hijo de inmigrantes italianos que vinieron a Venezuela después de la Segunda Guerra Mundial. Una parte de mí es europea y decidí empezar de nuevo aquí. Escogí España por el idioma y porque algunos amigos también habían venido a este país.

– ¿Qué diferencias encuentras en España con respecto a tu país? ¿Qué te parece mejor y qué es lo que te resulta más extraño?

Estoy viviendo -que no sobreviviendo- en Madrid y puedo decir que España es maravillosa. Las chicas son muy simpáticas, ¡sobre todo las del sur! Mi novia es andaluza y puedo dar fe de ello. Llevamos tres años juntos y nos vamos a casar.

Naturalmente, noto que no es mi cultura. Aunque los españoles y los venezolanos hablemos el mismo idioma, siguen existiendo algunas diferencias culturales y algunas palabras tienen diferentes significados. Pero no es nada dramático.

Aunque la sensación de estar viviendo una nueva vida es genial, sentirse solo durante esta aventura también puede ser duro. Es complicado perder a alguien cercano y no poder estar con él en sus últimos momentos. Por ejemplo, yo perdí a mi abuela cuando ya estaba viviendo aquí y no me pude despedir de ella. También echo de menos a mis padres y pasar tiempo con ellos.

– Eres ingeniero de materiales. Es algo que está bastante alejado de la ciberseguridad. ¿Por qué decidiste trabajar en Kaspersky?

Conozco Kaspersky desde que tuve mi primer portátil en 2014. Venía en un paquete con una suscripción de un año a Kaspersky Internet Security, y durante todo ese año mi portátil funcionó a la perfección. Cuando la licencia caducó, cambié de antivirus y… ¡grave error! Sí, el portátil se estropeó. Debería haberlo sabido o previsto antes.

Cuando estaba en la universidad intenté estudiar durante unos semestres ingeniería informática, pero descubrí que no era lo mío. En aquella época me interesaban más la física y la química.

Pero la informática siempre es algo que me ha apasionado. Cuando terminé mis primeras prácticas en una fábrica de piezas de plástico, empecé a trabajar para una empresa de criptomonedas. En ese momento me di cuenta de que me gustaba mucho el mundo de los negocios y todo lo relacionado con la actividad empresarial. Me vine a España a estudiar un MBA que combinase mis dos pasiones: los negocios y la tecnología. Después, tuve la suerte de que me seleccionasen en Kaspersky para realizar las prácticas mientras acababa el MBA.

– Empezaste en Kaspersky durante el confinamiento en España. ¿Cómo afectaron las restricciones a tu trabajo?

– Sí, al principio fue un poco extraño no estar todos los días con tus compañeros en la oficina. Por una parte, era cómodo, pero también existía el temor de que fuera difícil colaborar con ellos y aprender.

Empecé como becario de ventas para el sector de PYMES en Iberia. Básicamente, tenía que ser el principal apoyo de ventas para todos los gerentes del territorio. Gestionar un montón de cosas relacionadas con nuestro CRM, estar en contacto con los socios, clientes y distribuidores, hacer el onboarding de nuevos socios y resolver los problemas que pudieran tener.

Es cierto que las restricciones del COVID dificultaron el trabajo, pero también me ayudaron a desarrollar el sentido de la responsabilidad, así como las habilidades de comunicación y la capacidad de realizar varias tareas a la vez. Aprendí mucho de mis compañeros a distancia. Cuando por fin nos reunimos todos en un evento para socios en Barcelona, fue extraño vernos por primera vez en persona después de haber trabajado ¡casi un año juntos!

 

– ¿Cuáles son las preguntas más frecuentes que hace la gente sobre los productos de Kaspersky cuando les hablas de ellos? ¿Ha cambiado su actitud respecto a ellos a consecuencia del conflicto ucraniano?

–  Hay un poco de todo. Hay mucha gente que se interesa por las tecnologías de seguridad y la mayoría tiene preguntas sobre las características de los productos. Muchos de ellos reconocen a Kaspersky como un líder del mercado, lo que facilita mi trabajo.

Las preocupaciones o dudas son, casi siempre, las mismas: ¿Qué pasa si el servicio deja de funcionar o sufren algún ataque y necesitan acceder a un soporte para resolver sus problemas?

Por desgracia, ahora algunos tienen cierto miedo por la mala reputación que ha generado el conflicto ucraniano. Algunos dicen que les encanta nuestro producto, pero sus jefes no quieren comprometerse con una empresa rusa. Es triste escucharlo porque este tipo de “rusofobia” no tiene sentido.

 – ¿Has pensado alguna vez si sería mejor, para tu carrera y tu vida, trabajar en una empresa que no fuera rusa?

– ¡Ni se me ha pasado por la cabeza! Puedo decir que mis compañeros rusos son de las personas más agradables con las que he trabajado. Desde que empecé a trabajar aquí me he sentido comprendido y apoyado. Siempre han intentado que aprendiera rápido para ser más productivo. Hay una cultura muy organizativa, nada de competencia tóxica, solo colaboración y trabajo en equipo. Hasta ahora, es la mejor experiencia que he tenido en mi carrera y espero poder quedarme aquí durante muchos años. No siento que forme parte de una empresa, sino de una familia.

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