Kaspersky celebra la inauguración de su nueva sede

¡Una fiesta siempre es una buena noticia! Especialmente cuando se celebra la inauguración oficial de una oficina bien situada, espaciosa y repleta de trabajadores felices. La nueva sede, donde trabajan

Kaspersky Lab

¡Una fiesta siempre es una buena noticia! Especialmente cuando se celebra la inauguración oficial de una oficina bien situada, espaciosa y repleta de trabajadores felices. La nueva sede, donde trabajan 1.600 personas de las 3.000 que conforman la plantilla de Kaspersky Lab, se ha convertido en nuestro hogar.

Inauguración

Cuando los visitantes llegan a nuestra “casa”, se encuentran con una grata sorpresa esperándoles en la entrada: el más puro “street-art” en 3D. Ésta y otras piezas decoran no solo el edificio sino los alrededores que también son propiedad de Kaspersky Lab (véase la infografía).

En Rusia se dice que las construcciones no se terminan, solo se detienen. Esto es cierto porque todavía no hemos terminado ni la recepción ni el museo dedicado a nuestras dos décadas de lucha contra el malware. No obstante, todo estaba listo para la apertura simbólica de la nueva sede con Eugene Kaspersky y Boris Levyan de ABD Architects cortando la tradicional cinta roja indispensable en cualquier inauguración.

La oficina se sitúa cerca del río, a escasos metros de playas y canchas deportivas. Gracias a los ventanales panorámicos, los trabajadores pueden disfrutar de unas vistas increíbles. Las salas de reuniones y servicios se ubican en el centro del edificio para que los trabajadores tengan su lugar de trabajo cerca  de las ventanas, aprovechando, además, la luz natural. Asimismo, para refrigerar la sala de servidores, en invierno se utiliza el aire del exterior para minimizar el gasto energético. Las vistas más espectaculares se disfrutan desde el balcón en la quinta planta donde se sitúa la oficina de Eugene Kaspersky. Su despacho es bastante sobrio y de dimensiones reducidas, ya que el CEO de Kaspersky Lab siempre está de viajes de negocios y reuniones. Sin embargo, su oficina está repleta de artefactos que van desde restos de un coche Ferrari, pasando por un casco o la primera versión del programa antivirus de Kaspersky Lab.

Uno de los dos edificios de la nueva sede está ocupado, en su totalidad, por los desarrolladores de la compañía. Al fin y al cabo, suponen un tercio de la plantilla. Cada uno de los miembros del equipo ha decorado su mesa de trabajo con diferentes objetos, pero, siendo sinceros, las manzanas y los robot verdes son los protagonistas; un símil del esfuerzo de Kaspersky Lab por proteger a los dispositivos Android y Mac.

El departamento de Investigación y Desarrollo (uno de los mayores de la compañía) está muy orgulloso de su laboratorio nuevo donde los analistas trabajan en su búsqueda de virus, actualizando las bases de datos de malware sin quitar un ojo a lo que está sucediendo en Internet. La nueva sala parece un centro de control espacial y todos los invitados a la inauguración se han quedado realmente sorprendidos al verla.

A escaso metros, se encuentra la sala de recreo, con máquinas de fitness, una consola de videojuegos y una mesa de hockey donde los empleados pueden relajarse y mantenerse en forma. El gimnasio con sauna y sala de masaje se ha convertido en el lugar predilecto. Además, dispone de unas vistas magníficas a la playa, canchas de baloncesto, futbito y a la gran piscina.

Por supuesto, existen diferentes zonas de descanso con máquinas de café y un gran comedor. Pero esto no es todo. La cafetería de la planta baja todavía no está terminada pero los viejos ordenadores decoran sus paredes creando una pieza de arte única.

El gimnasio no es el único lugar donde ponerse en forma. Los empleados puedn llegar al trabajo en bicicleta a través del nuevo carril o nadar en la piscina. Además, en el verano, será muy agradable dar un paseo por el parque en el que, con la ayuda de nuestros amigos, hemos plantado diferentes árboles de lo que prometemos cuidar perfectamente.

En Rusia, se dice que todos los hombres deben construir una casa, plantar un árbol y tener un hijo. Nosotros ya hemos hecho las dos primeras cosas… pero en vez de tener niños (que es un poco difícil en una oficina), nos comprometemos a cuidarlos y protegerlos frente a las amenazas informáticas.

 

 

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