7 volcanes: de camino al Monte Sidley

La alpinista, de renombre, Olga Rumyantseva ha comenzado la primera ascensión de la expedición de Kaspersky Lab de los 7 Volcanes. Olga subirá, sin equipo de apoyo, los volcanes más

La alpinista, de renombre, Olga Rumyantseva ha comenzado la primera ascensión de la expedición de Kaspersky Lab de los 7 Volcanes. Olga subirá, sin equipo de apoyo, los volcanes más altos de cada continente y, hace una semana, empezó la fase antártica de su aventura. El Monte Sidley, con una altura entre 4.181 y 4.285 metros, es la montaña más alta e impresionante de las cinco montañas volcánicas que conforman la cordillera del Executive Committee Range de la Tierra de Mary Bird (en la Antártida). En este preciso momento que estamos leyendo este texto con el calor de nuestras casas, Olga estará, probablemente, en la recta final hacia la cumbre del volcán.

Olga nos informará, en detalle, sobre su ascensión una vez esté ubicada en un entorno más acogedor. Por ahora, sólo podemos resumir lo que nos ha dicho durante una serie de llamadas telefónicas realizadas en los últimos días.

Lo más difícil de la expedición al Monte Sidley es llegar a la base de la montaña; así como tener suerte con el tiempo.

“Cualquier expedición antártica empieza en el Campamento del Union Glacier desde donde se trasladan, por aire, a los viajeros al punto de comienzo de la ruta. Hay vuelos charters al Polo o al macizo Vinson varias veces por semana.  Estos lugares están bien comunicados (según los estándares locales, por supuesto). El único vuelo a Sidley fue hace dos años y los pilotos no supieron dónde aterrizar, porque necesitan una visibilidad excelente.”

“No obstante, existe otra dificultad aún mayor. Existen tres aviones: uno grande que es capaz de transportar a 25 pasajeros durante largas distancias; y dos más pequeños, para 12 personas. Sólo el aeroplano grande tiene suficiente combustible para alcanzar el Monte Sidley, pero necesita un buen lugar para aterrizar, que no existe. Tuvimos una gran discusión con los pilotos y, finalmente, llegamos a la siguiente decisión: cuatro pasajeros (tres miembros de otra expedición y yo misma) volamos en un avión pequeño,  acompañados de otro mayor. A mitad de camino aterrizamos para repostar; el avión más grande llena nuestro depósito con suficiente combustible para el vuelo de vuelta y vuelve al campamento mientras volamos a Sidley donde el avión más pequeño nos esperará para completar el ascenso.”

“Tras esperar cuatro días, finalmente, el tiempo mejoró. Durante la noche, decidimos que despegaríamos a la mañana siguiente. Soplaba un viento fuerte y hacía un frío terrible. Me puse un poco nerviosa porque había bastantes turbulencias; éste fue el vuelo más extremo en el que he estado. Sin embargo, llegamos a nuestro destino y después de rodear el volcán 10 veces, aterrizamos sanos y salvos; de hecho, el aterrizaje fue mejor de lo que se esperaba.”

“El campamento base se sitúa en una especie de cráter. El volcán, que voy a subir, tiene 1.500 metros de alto. El tiempo es realmente hostil allá arriba; la ruta es nueva y es muy importante esperar a que haya visibilidad para encontrar la cumbre.”

“El segundo día en el Monte Sidley, fui a explorar la ruta. No podía ver la cumbre desde el campamento, así que caminé casi la mitad del camino, sobre 600 metros. Lamentablemente, la nubosidad espesa no me dejaba ver la cima y las posibles rutas. Sé que la zona cercana a la cumbre es muy difícil. En cualquier caso, fue un paseo muy agradable. Mañana, subiré más alto y llevaré mi tienda de campaña conmigo, así podré esperar a que mejoren las condiciones metereológicas y partir hacia la cima.”

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