El Enemigo Anónimo: Una serie documental sobre ciberseguridad hecha en España

Ciberguerra, espionaje industrial, fake news, ciberacoso, sexting… 20 interesantes capítulos relacionados con la ciberseguridad.

“El Enemigo Anónimo” es una serie documental de 20 capítulos que va tocando diferentes temas relacionados con la ciberseguridad, como el cibercrimen, la privacidad, el ciberacoso, el sexting, las fake news o el ciberespionaje.

Los primeros capítulos ya están disponibles en su canal de Youtube. Además, cada martes saldrá un capítulo nuevo y los miércoles podrás ver un reportaje ampliado en la web de “El Enemigo Anónimo”. 

Desde Kaspersky, hemos querido apoyar este proyecto como patrocinadores porque creemos que hará reflexionar a los espectadores y nos ayuda en nuestra misión de construir un mundo más seguro. Además, los numerosos profesionales entrevistados van a ofrecer una visión de la situación actual en España.

Hemos hablado con Carlos Otto, el periodista y creador del proyecto:

¿Cómo te surge la idea de hacer un documental sobre ciberseguridad?

Llevo trabajando como periodista freelance desde 2010 y, aparte de mi trabajo en medios de comunicación, siempre he ido haciendo proyectos por mi cuenta. En 2012 hice una serie documental sobre emprendimiento, que vendí al ISDI, y en 2013 otra sobre startups españolas en Silicon Valley e Israel, que vendí a Caixa Capital Risc. En 2014 intenté lanzar un macroproyecto llamado ‘En busca del empleo perdido’ que nunca vio la luz porque nadie lo quiso comprar y, la verdad, se me quitaron las ganas de seguir haciendo cosas propias, porque el fracaso de aquel proyecto me dejó devastado (y con bastantes deudas que no sabía ni cómo iba a pagar).

A finales de 2019 me volvió el gusanillo. Yo llevaba 1-2 años especializándome en temas de ciberdelitos y hacking en El Confidencial, y pensé tres cosas:

  • Que esta temática podía dar para una serie documental.
  • Que la ciberseguridad es mucho más que los ciberataques: también va de protección de datos personales, de ciberacoso, de fake news…
  • Que yo podía aportar un punto de vista distinto sobre el asunto.

En enero de 2020 empecé a darle forma a la idea, a pensar en posibles capítulos, a sondear a posibles entrevistados y a pensar cómo monetizar la serie. En marzo empezamos a grabar y todo se paró por la pandemia, ya que pensaba empezar a emitir los capítulos a partir de junio. Pero, por suerte, solo tuve que retrasar unos meses la emisión, ya que pude seguir grabando y, por suerte, muchas empresas se interesaron en patrocinar la serie.

¿Qué capítulo crees que va a llamar más la atención?

Imagino que depende de quién los vea, ya que la serie tiene dos tipos de espectadores distintos: el profesional que trabaja en el sector de la ciberseguridad y el ciudadano medio. Al primero quizá le interesen el capítulo 4 (ciberespionaje industrial), el 7 (ciberguerra) o el 19 (empleo en el sector), pero al espectador medio espero que le interesen el 11 (hablaremos de las empresas que hacen negocio con nuestros datos), el 12 (ciberacoso), el 14 (tecnología y violencia de género), el 16 (sexting) o el 18 (fake news y propaganda).

¿Crees que los ciudadanos de a pie están concienciados en este tema?

Creo que hay tres tipos de ciudadanos en función de su concienciación:

  • Los que no son muy conscientes. Seamos sinceros: no es fácil concienciar a una persona que piensa que sus datos no valen nada, que a quién le van a interesar sus fotos, que ella no concuerda con el perfil de víctima… No es sencillo entender eso. Son la inmensa mayoría.
  • Los que están concienciados… pero no hacen nada. Es evidente que, a la hora de tomar una decisión en la vida, sopesamos las ventajas y desventajas, las ponemos en una balanza y decidimos. Hay mucha gente que sabe que Google o Facebook hace muchísimo dinero con sus datos, pero entiende que las ventajas de usar Google o Facebook (Instagram, Facebook, Whatsapp…) les compensa. Son menos que los del primer grupo, aunque van creciendo. Es el grupo, por cierto, en el que creo que me meto yo.
  • Los que están concienciados. Clara minoría.

¿Qué ciberincidente o anécdota te ha sorprendido más?

Te reconozco que todo lo que tiene que ver con ciberespionaje y ciberguerra me fascina. En cuanto a anécdotas, hay muchas, pero me quedo con tres:

  • En el capítulo 4, Juan Antonio Calles (Zerolynx) nos cuenta el caso de una empresa española que acudió a un concurso público, quedó en segunda posición… y descubrió que la ganadora le había pagado a un comercial para quedarse con su proyecto y bajarle el presupuesto.
  • También en el capítulo 4, Javier Rodríguez (Tarlogic) cuenta el aparente espionaje de Estados Unidos a Sacyr en el Canal de Panamá. Los españoles no somos del todo conscientes de lo bestia que es tener consciencia de que un gobierno ha estado espiando a una empresa de nuestro país.
  • En el capítulo 7 (ciberguerra), Borja Pérez nos va a contar algunas de las tácticas de ciberguerra más sucias y low-cost que podemos ver: por ejemplo, el de un ejército que, ante de atacar a su enemigo, manda SMS a los soldados rivales para decirles que nadie se va a acordar de ellos. Esto demuestra que muchas veces en la ciberguerra no hace falta gastarse millones de dólares en un ciberataque; algo así es mucho más barato y efectivo.

¿Qué temas de los que tratas en el documental te parece preocupante y crees que no tiene la atención debida en los medios?

Lo tengo muy claro: el ciberacoso y los problemas derivados del sexting. En los medios muchas veces seguimos viendo el ciberacoso como ‘cosas de adolescentes’, cuando en realidad es muchísimo más grave. Y si hablamos de sexting es mucho peor: en España hemos pasado del ‘Si te han violado es porque llevabas la falda muy corta’ al ‘Si le pasaste una foto desnuda a un tío en internet no te quejes de que la reenvíe’. Seguimos culpando a las víctimas y ya está bien de hacerlo.

En nuestro país hemos tenido incluso un suicidio derivado del sexting y del ciberacoso (la empleada de Iveco que se suicidó cuando su vídeo sexual corrió por toda la empresa). Y lo peor es que seguimos con los mismos consejos de siempre: ‘No mandes fotos íntimas’, ‘No provoques a la gente’, ‘No chatees con quien no conoces’… ¿Y si, en vez de decirle a la víctima que no envíe sus fotos desnuda, le decimos al que reenvía esas fotos que está cometiendo un delito? ¿Y si en vez de poner el foco en la víctima lo ponemos en el delincuente?

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