5 formas de mejorar el wifi de tu casa

¿Tu wifi es un poco inestable? Te dejamos algunos consejos fáciles para afrontar este problema.

Si antes del virus estabas satisfecho con la calidad de la conexión wifi de tu casa, pero ya no lo estás, no eres el único. Esta vida de encierro nos ha obligado a todos a conectarnos a Internet y al mismo tiempo. Además, esta existencia online no se extiende por el espacio de trabajo-hogar-trayecto, sino que se concentra en una casa, alimentada por un solo cable. Bajo este aumento de carga, las áreas problemáticas se han vuelto notorias.

Por ejemplo, un niño está en una conferencia de Zoom con amigos aprendiendo el arte del maquillaje, otro está salvando al mundo de los zombis asesinos, tu pareja tiene una clase de idiomas por Skype en la cocina y el gato ha ocupado el baño (en modo fuera de línea, al menos por el momento), dejando tu habitación como tu oficina con una cobertura wifi muy inestable. Hay varias formas de resolver este problema, pero el paso 0 es comprender exactamente cuál es el problema.

0. ¿Cuál es el problema?

En esta etapa, debes identificar la causa específica del problema. ¿Es realmente la señal de wifi la que está dando la lata? ¿O podría ser algo más, como una baja velocidad de conexión de tu proveedor de servicios de Internet (ISP, por sus siglas en inglés)?

Comienza comprobando la velocidad de tu conexión con un comprobador como Speedtest.net o nPerf.com. Si la velocidad de transmisión de datos es genial cerca del router (ese aparato que te permite usar el wifi), pero va horrible en la cocina, entonces, como dicen los administradores, el problema es tuyo. En ese caso, es el momento de probar desde otra perspectiva: analizar tu red wifi.

Hay muchas aplicaciones que determinan la intensidad de la señal de las redes wifi disponibles para todas las plataformas móviles y de escritorio. Simplemente escribe “analizador wifi” en cualquier motor de búsqueda o tienda de aplicaciones y aparecerán ante ti docenas de opciones. Elige una opción que visualice los resultados para ayudarte a comparar las lecturas en diferentes partes de la casa. Al elegir una aplicación, sigue las precauciones habituales, primero asegúrate de que no requiera acceso a tus contactos o mensajes (que claramente no necesita para desempeñar su trabajo) y luego escanéala con una herramienta antivirus.

Si, tras ejecutar una aplicación de análisis de wifi, has descubierto que en la cocina las redes de tus vecinos están a tope, mientras que tu señal es muy débil, eso significa que tu wifi no está haciendo su trabajo. No te desesperes; lo más probable es que el problema tenga solución.

1. Dale un cambio de aires

Aunque parezca sorprendente, a menudo las soluciones más rudimentarias suelen resultar efectivas con las redes inalámbricas. Puede ser que el problema fundamental del wifi radique en la combinación específica del diseño de tu casa y hacia donde realmente dirige las ondas de radio el router.

Por lo tanto, intenta experimentar con la posición del router y el ángulo de sus antenas para mejorar la cobertura. Casualmente, este es el método más simple, que no requiere tiempo, dinero o conocimientos especializados.

Por ejemplo, si tu router está ubicado en un rincón o en algún tipo de armario, sobre todo uno de metal, intenta cambiarlo de lugar. El metal no es el mejor amigo del wifi, al igual que tampoco lo es el hormigón armado.

La posición de las antenas del router también marca una gran diferencia. Puedes buscar en Google “patrón de radiación del router” para dar con la teoría. De vuelta al nivel práctico, ten en cuenta que, en la mayoría de los casos, la mejor posición de las antenas del router es hacia arriba. De esta forma, tu router wifi obtendrá el mejor alcance horizontal posible en lugar de enmoquetar el piso con un valioso ancho de banda.

También debes comprobar si hay algo que se interponga en su camino. Una nevera, por ejemplo, es un enemigo declarado de las ondas de radio, pero no es algo que pueda cambiarse fácilmente. Por otro lado, un microondas o un monitor para bebés, que funcionan a 2,4 GHz y compiten por la misma frecuencia que usa el router, sí se pueden reubicar mucho más fácilmente.

Si esto no resuelve el problema, es hora de proceder a medidas más radicales.

2. Configura los canales

El wifi funciona en un conjunto de bandas estrechas, llamadas canales, de las bandas de frecuencia. Hay pocos canales disponibles, a pesar de que la cantidad de dispositivos que desean usarlos puede ser muy grande. Por lo tanto, la banda más popular, 2.4 GHz, puede obstruirse con el ruido de las redes vecinas y otros dispositivos.

En cada reinicio o en un momento programado, el router selecciona el canal que está más libre de interferencias. Es similar a la forma en la que un sistema de navegación elige la ruta con la menor cantidad de atascos.

Como norma general, los routers suelen gestionar esta tarea bastante bien por sí mismos, pero es posible intervenir. Por ejemplo, puedes configurar el router para que busque automáticamente los canales menos obstruidos con mayor frecuencia o incluso configurarlos de forma manual. Pero ten cuidado a la hora de hacer esto último; pues la congestión de las bandas de frecuencia es muy variable, ya que tu router no es el único que cambia de canal de forma constante y automática, también lo hacen los de los vecinos.

Algunos routers también permiten que los usuarios cambien la intensidad de la señal de wifi. Comprueba la configuración del router para ver si está configurado en el valor máximo y, si no lo está, no dudes en subirlo.

3. Múdate al 5 GHz

Hablamos de una mudanza virtual, por supuesto. La banda 5 GHz es una región más respetable de las bandas de frecuencia, con más canales y más amplios. Además, los modelos de routers más antiguos y los nuevos más baratos no admiten 5 GHz, lo que es en gran parte la razón por la que hay menos ruido y la velocidad de transferencia de información puede ser mucho mayor.

Si tu router actual no admite la banda 5 GHz, puedes intentar actualizar a algo más moderno con soporte para el estándar 802.11ac (también conocido como Wi-Fi 5). Ya no es ningún lujo; los modelos económicos están alrededor de los 50 euros.

No es necesario en este punto optar por el 802.11ax (Wi-Fi 6) más avanzado, que sigue siendo bastante caro. Es probable que la actualización a Wi-Fi 6 tenga un impacto notable solo si tienes una gran cantidad de dispositivos wifi que consumen mucho tráfico en tu hogar.

Sin embargo, debes tener en cuenta que el 5 GHz no es ninguna varita mágica. El inconveniente de una frecuencia más alta es que la señal decae más rápidamente con la distancia y el alcance efectivo en apartamentos o casas más grandes puede ser decepcionante.

Todo depende del problema de tu red wifi. Si la banda de 2.4 GHz en la que vives está obstruida con las redes de otras personas y hay 5 GHz disponibles, esta actualización te ayudará. Pero si tu red de 2.4 GHz no llega a tu cocina debido a la distancia y a la abundancia de muros de hormigón armado, el 5 GHz probablemente tampoco podrá traspasarlos.

4. Utiliza cables

Estamos tan acostumbrados a la comodidad de la conexión wifi, que a veces nos olvidamos de la buena y antigua Ethernet por cable. La conexión a través de cable suele ser la solución más fácil y económica a los problemas de wifi aparentemente irremediables.

El uso de una conexión por cable puede matar dos pájaros de un tiro (virtualmente hablando, claro está): primero, puede resolver el problema en una habitación que se niega a admitir el wifi; segundo, si conectar por cable al menos algunos dispositivos, es probable que mejore la calidad de la conexión inalámbrica en los restantes. Es evidente que no puedes conectar un smartphone o tablet de esta forma, pero esta solución es perfecta para ordenadores de sobremesa o televisores inteligentes.

Si los cables en casa te molestan y no hay una forma fácil de ocultarlos, prueba con un adaptador de línea eléctrica que transmita la señal de red a través del cableado eléctrico de tu casa. La parte negativa es que los electrodomésticos de línea eléctrica son algo impredecibles y a veces se niegan a coexistir con cables eléctricos locales, y eso es algo que debes tener en cuenta.

5. Construye una malla

Hay muchas otras formas de mejorar la calidad de tu cobertura. Por ejemplo, puedes intentar instalar repetidores de señal o reemplazar las antenas del router por otras más efectivas (te sorprendería la basura que esconden esos cuernos de aspecto impresionante de un router doméstico típico).

Pero si la palabra “decibelio” te suena aterradora y la administración de dispositivos de red no se encuentra entre tu lista de pasatiempos, probablemente sea mejor que te hagas con un kit de redes de malla ya hecho.

Estos kits están disponibles en la mayoría de los principales fabricantes de equipos de red. Consisten en un router central y varios puntos de acceso auxiliares. Estos últimos están dispuestos de modo que la señal llegue a las partes más alejadas de la casa. Con un sistema de malla, el área de cobertura de tu red wifi puede ser tan amplia como desees, todo depende de la cantidad de puntos de acceso adicionales.

A diferencia de los repetidores tradicionales, el sistema se administra de forma centralizada (los dispositivos auxiliares generalmente se configuran de forma automático), lo que ahorra mucho tiempo y esfuerzo. Si puedes conectar los puntos de acceso al router a través de Ethernet, esto aumentará tanto la velocidad como el área de cobertura. Si no, no te preocupes, los sistemas de malla son muy flexibles.

Otro rasgo importante es la itinerancia rápida y sin interrupciones. Es decir, tu videollamada con los compañeros no se verá interrumpida, aunque los miembros de tu familia te expulsen de la cocina a un lugar cubierto por un punto de acceso diferente.

Para una itinerancia de alta calidad en un smartphone u ordenador, se requiere el soporte de la familia de estándares 802.11k / r / v. La buena noticia es que esto ya no es un lujo; por ejemplo, los dispositivos móviles de Apple, comenzando con el iPhone 6s, son compatibles con los tres estándares.

Un par de consejos de configuración. Para que la itinerancia funcione correctamente, tus redes 2.4 GHz y 5 GHz deben usar la misma combinación de nombre de red y contraseña. En cuanto a la clave/ID de dominio de movilidad, no hay necesidad de obsesionarse o ser demasiado inteligente: es solo una etiqueta para vincular segmentos de red (algunos routers incluso los configuran de forma automática).

Una red de malla, por supuesto, conlleva gastos adicionales, pero no tienes que desembolsar grandes cantidades para obtener un kit de primera línea. Algunos fabricantes ofrecen routers que admiten mallas como estándar, por lo que solo tendrás que comprar puntos auxiliares de bajo coste cuando sea necesario. Es posible que con uno sea suficiente.

No te recomendamos que mezcles equipos de malla de diferentes proveedores, así que considera la posibilidad de una expansión futura a la hora de elegir un sistema.

¡Y que el wifi te acompañe!

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