5 soluciones ergonómicas para tu lugar de trabajo

¿Dolores de cabeza, ojos secos, molestias en la zona lumbar? Tu espacio de trabajo puede ser el culpable.

Un buen escritorio puede no parecer tan importante, pero un mal espacio de trabajo puede causar todo tipo de conflictos, desde un trabajo deficiente hasta problemas de salud graves. En esta publicación, discutiremos brevemente los cinco principales problemas ergonómicos en el lugar de trabajo y cómo solucionarlos todos.

1. Actualiza el mobiliario

El uso de muebles incómodos que carecen de soporte para la espalda y el cuello a menudo puede provocar una mala postura, como encorvarse o meter las piernas debajo de la silla, lo que restringe el flujo sanguíneo y aumenta la presión sobre la columna vertebral, causando malestar, hinchazón y dolor.

Si comienzas tu jornada laboral con una espalda recta y bonita y la terminas como un camarón con escoliosis, echa un vistazo a tu silla. Es posible que necesites una con respaldo y altura ajustables. Si durante o después de sentarte tienes una sensación de hormigueo en la parte baja de la espalda, intenta colocar un cojín detrás.

Si no hay espacio para las piernas, salvo que estén debajo, los codos caen y el monitor está muy cerca, entonces necesitas un escritorio más alto y espacioso. Utiliza esta calculadora para encontrar la silla y el escritorio adecuados para tu altura.

Usar un ordenador portátil en un sofá o en la cama cambia la inclinación de la cabeza y sobrecarga los músculos del cuello, lo que causa dolor e incomodidad. Si tienes la opción de usar un espacio de trabajo no estándar, echa un vistazo a las estaciones de trabajo de pie, los soportes para ordenadores portátiles y otras opciones que pueden adaptarse mejor a tu cuerpo.

Ahora mucha gente prefiere trabajar de pie

No te apresures a comprar el equipo más brillante que exista; el precio puede reflejar la calidad hasta cierto punto, pero gastar más no garantiza obtener siempre lo necesario. Compara y prueba diferentes modelos. Escucha a tu cuerpo, no a los vendedores.

2. Moderniza el equipo

Al usar el teclado o el ratón, ¿se te duermen los antebrazos o te dan espasmos en la muñeca? Estos pueden ser los primeros síntomas del síndrome del túnel carpiano, que puede provocar neuropatía y otros problemas. Te recomendamos consultarlo con tu médico, pero, a su vez, observa las opciones de teclado y ratón que puedan aliviar tus extremidades estresadas.

Un teclado demasiado alto o demasiado bajo mantiene las muñecas en una posición antinatural, y trabajar con un teclado recto normal puede provocar hinchazón y cansancio de los músculos de las manos. Los teclados ergonómicos pueden parecer extraños, con sus curvas y teclas de proporciones diferentes, pero ejercen menos tensión en las manos y muñecas, lo que facilita la escritura.

Además, si tu ratón presenta la forma incorrecta para ti o sus botones están demasiado duros y requieren mucha fuerza para presionarlos, busca uno que haya sido diseñado pensando en la ergonomía. Por ejemplo, un ratón vertical (sostenido de lado en lugar de arriba) puede resultar extraño al principio, pero también reducirá la tensión en la muñeca y el antebrazo.

Un ratón vertical reduce la tension en la muñeca y el antebrazo

Con los ordenadores portátiles, todo es más complicado. Es fácil cambiar un ratón por otro, pero cambiar el teclado integrado en un portátil sería problemático. Una opción es colocar el dispositivo en una superficie diferente, asegurándote de encontrar la mejor posición para tus muñecas, sin obligarlas a flexionarse o colgarse.

Y hablando de portátiles, olvídate de su nombre y no sostengas el tuyo sobre tu regazo, ya que podría ser perjudicial para el dispositivo (bloquear una salida de aire, por ejemplo), pero lo que es más importante, para ti.

Por último, analiza tus pantallas. Determina el ángulo en el que miras tu pantalla o pantallas. Si están demasiado alto, forzarás la vista y demasiado bajo, terminarás encorvado y lastimándote el cuello y la espalda. Si te encuentras a tu mismo inclinándote hacia delante, es probable que necesites una pantalla más grande.

Presta atención a cómo se sienten tus ojos durante la jornada laboral. Si mirar la pantalla te resulta incómodo, intenta cambiar el brillo.

3. Ajusta la iluminación

Si sufres dolores de cabeza y fatiga visual durante o después del trabajo, la culpa puede ser de una iluminación inadecuada, insuficiente o excesiva. Lo ideal es que la luz se distribuya uniformemente por toda la habitación y no utilizar simplemente una lámpara de mesa cuando cae la noche, por ejemplo.

Elige lámparas con la misma temperatura de color (diferentes tonos en la misma habitación pueden irritar los ojos y causar dolores de cabeza) y recuerda reemplazar las bombillas con regularidad. La luz fría, es decir, la luz con una temperatura de color superior a 5300 Kelvin, es más adecuada para entornos laborales; los tonos cálidos son relajantes y los tonos fríos pueden mejorar la concentración.

Ten en cuenta que no todos los niveles de Kelvin y lumen son iguales. Dos bombillas con la misma temperatura de color y brillo pueden brillar de forma muy diferente. Esto se debe a que, además de las características simples y comprensibles que los fabricantes imprimen en las cajas, las cualidades espectrales de los LED y los efectos estroboscópicos pueden ser un poco más incomprensibles. En muchos casos, las bombillas baratas emiten una luz intensamente parpadeante con un tinte claramente amarillento, azulado o verdoso. Esa luz irrita a algunas personas, ya sea de forma notable o inconsciente. Te recomendamos que te informes online sobre las pruebas de bombillas y luego probar diferentes opciones por ti mismo.

Conseguir la iluminación adecuada es una de las formas más eficaces de crear un entorno confortable

La luz natural es importante para una visión saludable, por lo que, siempre que sea posible, es mejor instalar tu estación de trabajo cerca de una ventana. Dicho esto, trata de evitar que el sol brille directamente sobre tu pantalla; el resplandor de la pantalla puede resultar molesto y afectar a tu concentración. Obtendrás mejores resultados con una ventana al lado y corriendo las persianas o cortinas según sea necesario.

4. Calma a tu alrededor

Los ruidos invasivos, los olores externos, una temperatura incómoda y la baja humedad pueden afectar al estado de ánimo, la concentración, la productividad y el bienestar general.

Si te cansas muy rápido y te sientes incómodo en general, piensa en las condiciones en las que trabajas. Ventila la habitación para reducir el nivel de CO2 e igualar el nivel de humedad (un humidificador o deshumidificador también puede ayudar), un buen aire acondicionado ayuda a evitar los problemas respiratorios, dolores de cabeza y senos nasales secos. Aquí te contamos cómo amortiguar los ruidos con unos auriculares con cancelación de ruido y otros trucos.

Organiza tu espacio de trabajo: los montones de papel, tazas sucias y demás cosas innecesarias pueden distraerte, y ya es bastante difícil concentrarse durante ocho horas al día incluso sin suciedad

5. Incrementa la movilidad

No importa lo ergonómico que sea tu lugar de trabajo, tienes que moverte y estirar las extremidades. Prueba una combinación o secuencia de posiciones: sentado en una silla diferente, acostado (si usas un ordenador portátil) y de pie (si tu escritorio lo permite).

Internet está lleno de ejercicios útiles de menos de cinco minutos que ayudan a relajar un cuerpo rígido. ¿Aburrido de los estiramientos habituales? Prueba el yoga diseñado para trabajadores de oficina o intenta descansar y moverte regularmente.

Conclusión

Si tienes problemas de salud, una estación de trabajo mal organizada puede tener una parte de culpa. Si sientes que el dolor no desaparece, busca tratamiento médico. Y, si ya te sientes bien en el trabajo, no hay necesidad de derrochar en un equipo sofisticado: puede que tu espacio ya cumpla con los requisitos ergonómicos.

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