Así funciona la minería de los Bitcoin

¿Quién mina las monedas cifradas como el bitcoin? ¿Qué pasa con las tarjetas gráficas?

Si hace poco has comprado una tarjeta gráfica, es probable que sepas que hay escasez mundial de las mismas (o puede que lo hayas visto en las noticias). Algunas fuentes culpan a los mineros por haberlas comprado todas. Pero ¿quiénes son?

Mineros es el término empleado para definir a los que recaudan monedas cifradas. Los mineros de monedas minan sus monedas cifradas en sus granjas, ordenadores especialmente equipados dedicados a dicha tarea. Sin duda habrás oído hablar de la moneda cifrada más famosa, Bitcoin, aunque esta no es la única que existe.

Pero ¿a qué se debe que las monedas cifradas aparezcan ahora en las noticias? Si los demás están minando dinero, ¿deberías hacerlo tú también? Lleguemos al fondo de lo que está sucediendo.

Cadena de bloques

En primer lugar, repasemos lo básico del bitcoin y de la cadena de bloques leyendo una de nuestras publicaciones; mi explicación al respecto será breve.

Bitcoin es una moneda virtual descentralizada, lo que significa que no tiene una autoridad central y que nadie confía en cualquiera. Sin embargo, los pagos son seguros porque la cadena de bloques ayuda a que lo sean.

La cadena de bloques es como un diario de Internet. Se trata de una cadena de bloques sucesivos en los que se guardan las transacciones de los que transfieren bitcoins, la cuantía y el destinatario. También podemos referirnos a las cadenas de bloques con el término de “libro de contabilidad”, el cual es muy acertado. Hay un par de características que cabría destacar al respecto.

Te explicamos qué son las cadenas de bloques

La primera característica clave de la cadena de bloques es que todos los participantes verdaderos de la red Bitcoin almacenan toda la cadena de bloques con todas las transacciones que se han hecho siempre y los participantes añaden nuevos bloques continuamente al final de la cadena.

El segundo aspecto clave es que la cadena de bloques se basa en criptografía. Las leyes matemáticas, no la reputación de algunas personas u organizaciones, dictan el funcionamiento del sistema y garantizan el buen funcionamiento de todo.

Aquellos que añaden nuevos bloques se llaman mineros. Como recompensa por cada bloque, su creador recibe, hoy en día, 12,5 bitcoins. Aproximadamente unos 25.000 €, según el tipo de cambio a fecha de 1 de julio de 2017.

Finalmente, todos los bitcoins nuevos se acuñan mediante el proceso de minería (y ese es el único modo mediante el que se puede crear un bitcoin).

Cada 10 minutos se crea un bloque nuevo y hay dos razones para ello.

La primera es porque existe una constante de sincronización. Los diez minutos se asignan para distribuir un bloque por la Web. Si los usuarios pudieran crear bloques de forma continua, Internet estaría lleno de versiones diferentes y sería difícil saber cuál debería añadirse al final de la cadena de bloques.

En segundo lugar, los 10 minutos pasan haciendo que el nuevo bloque sea “bonito”, en términos matemáticos. Solo un bloque correcto y “bonito” se añadirá al final de la cadena de bloques diaria.

¿Por qué deberían ser “bonitos” los bloques?

Para que un bloque sea “correcto”, todo en él debe ser válido y seguir las reglas de la cadena de bloques. La norma más importante es que alguien que transfiera dinero debe tener dicha cantidad de dinero.

Para que un bloque sea “bonito”, su hash (que es el resultado de varias operaciones matemáticas) debe componerse de muchos ceros al principio; consulta este artículo para más información. No obstante, eso no es de gran importancia ahora. Para obtener un bloque “bonito”, este debe “agitarse”, es decir, el bloque ha cambiado poco y luego ha sido verificado como “bonito”.

Cada minero “agita” constantemente los bloques candidatos con la esperanza de convertirse en el próximo que obtenga un bloque “bonito” que se incluirá el final de la cadena de bloques, obteniendo así una recompensa de 25.000 €.

Si el número de mineros se multiplica por diez, un bloque debe, del mismo modo, ser diez veces más “bonito” para que valga la pena añadirlo a la cadena de bloques. Este método mantiene la velocidad del descubrimiento de los bloques nuevos: a pesar del número de mineros, los bloques solo aparecen cada diez minutos. Así, las posibilidades de conseguir una recompensar disminuyen si los mineros aumentan.

Y es por eso que los bloques tienen que ser “bonitos”. Los requisitos previenen que alguien reescriba todo el historial de transacciones. Como se necesitan 10 minutos para crear un bloque combinando los esfuerzos de todos los mineros, no hay manera de que una única persona cree un bloque “bonito” y falsifique el historial de transacciones.

Mineros

En 2009, cuando solo los creadores de Bitcoin sabían de su existencia, minar era fácil y un bitcoin valía unos cinco céntimos. Supongamos, por poner un ejemplo, que había 100 mineros. Así, Egbert, un minero imaginario, podía crear un bloque bonito y conseguir su recompensa al menos una vez al día.

En 2013, cuando el tipo de cambio de los bitcoins rondaba los 100 € por cada uno, se unieron muchos mineros entusiastas y podían pasar meses hasta tener un golpe de suerte. Los mineros empezaron a converger en piscinas, cárteles que “batían” juntos el mismo bloque candidato y luego se repartían la recompensa entre sí.

Una granja doméstica con una gran potencia de salida (según el estándar de 2013)

Y, luego, llegó el nuevo hardware: ASIC (“Circuito integrado de aplicación específica” por sus siglas en inglés). Los ASIC son microchips creados para una tarea específica (en este caso, para “batir” bloques de Bitcoin del modo más efectivo posible).

El poder de minado de los ASIC es considerablemente mayor que el de un ordenador pensado para fines generales. Empezaron a aparecer muchas granjas que usaban ASICs en China, Islandia, Singapur y otros países, y se lo localizaban en lugares fríos y próximos a plantas hidroeléctricas para reducir los costes eléctricos.

A causa de ello, la minería en casa paso a ser inútil.

Una granja industrial para el minado de las monedas cifradas

Minería Altcoin: por qué han desaparecido las tarjetas gráficas

El Bitcoin es la primera moneda cifrada y la más popular, pero, hoy en día, existen más de 100 alternativas, también conocidas como altcoins.

El Top 10 de las monedas cifradas ordenadas según la capitalización bursátil (el precio total de todas las monedas acuñadas) a fecha de 1 de julio del 2017. Fuente: coinmarketcap.com

Los creadores de los altcoins no quieren que los costes de entrada de la minería sean muy altos o difíciles de adquirir; por ello, deben idear nuevos criterios para la requerida “belleza” de los bloques. Los creadores quieren que los criterios dificulten la creación del hardware dedicado (ASIC) o retrasar su llegada lo máximo posible. Hacen lo que pueden para que los usuarios de a pie puedan contribuir en la red (y cosechar las recompensas).

Además, una tarjeta de gráficos común se utiliza para “batir” altcoins. Las tarjetas gráficas funcionan bien para dichos cálculos, así que la oferta del proceso de minado puede aumentar la popularidad de un altcoin en particular.

Ethereum ocupa el segundo lugar de la tabla anterior. Esta moneda cifrada es relativamente nueva (se lanzó en 2015) y tiene unas características únicas, principalmente su capacidad de incorporar a la cadena de bloques no solo información estática sobre pagos procesados, sino también objetos interactivos, o contactos inteligentes, que operan según unas reglas programables.

Ya hablaremos en otra publicación sobre los motivos por lo que esto ha generado entusiasmo entre el público. Por ahora, solo diremos que las nuevas propiedades de Ethereum han creado un gran interés entre los criptoinversores y su crecimiento ha sido rápido: Ether empezó en 2017 rondando los 5 € y el 1 de junio rondaba los 200 €.

Minar Ethereum, en particular, pasó a ser excepcionalmente beneficioso y, por ello, los mineros compraron todas las tarjetas gráficas.

Una tarjeta gráfica Gigabyte diseñada específicamente para la minería. No cuenta con características innecesarias, como la salida de vídeo. Fuente

Si los mineros dejaran de minar

¿Y si la minería dejara de dar recompensas? Es decir, ¿qué pasaría si los ingresos no cubren los gastos del equipo y la electricidad o si los mineros empezaran a minar otras monedas? ¿Es cierto que, si los mineros dejaran de minar, Bitcoin dejaría de funcionar o empezaría a ser lento?

No es cierto. Como ya hemos explicado, una cadena de bloques adapta constantemente sus criterios de “belleza” para mantener su ritmo de creación. Si hay un 90 % menos de mineros, habrá que realizar un 90 % menos de cálculos para que se apruebe un bloque. La cadena de bloques, en sí, seguirá siendo del todo funcional.

El valor absoluto de la recompensa por los bloques nuevos disminuye con el paso del tiempo, cambio que también está programado en las reglas de Bitcoin. Durante los cuatro primeros años (2009-2012), la recompensa eran 50 bitcoins y, en la actualidad, son 12,5 bitcoins.

No obstante, el creciente tipo de cambio está más que compensado para el valor absoluto decrecido de la recompensa: a mediados de 2012, la recompensa de 50 BTC equivalía a unos 500 €, mientras que la actual, de 12,5 BTC, vale unos 30.000 €. Además, algún día los ingresos de los mineros provendrán de las comisiones por transacción.

Conclusiones

Hemos analizado lo que es en realidad la minería, su finalidad, para quién y dónde es más ventajosa, dónde han quedado las tarjetas gráficas y por qué los fabricantes lanzan sus tarjetas gráficas sin salida de vídeo.

Pero, lo más intrigante, es decir, cómo la nueva moneda Ethereum ha obtenido tanta popularidad, sigue siendo un secreto. Así que estate atento, te lo contaremos todo.

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