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Hace ya tiempo, el acoso era algo que se desarrollaba principalmente en el patio de la escuela. Esto ya no es así. Ha nacido el "ciberacoso", un problema creciente para muchas escuelas. Y en sus peores formas, el ciberacoso puede ser en realidad un tipo de cibercrimen.

¿Qué es el ciberacoso?

El ciberacoso tiene lugar cuando un adolescente o un niño más pequeño utiliza un dispositivo informático para amenazar, humillar o acosar de cualquier otra forma a un compañero. Puede darse a través de un portátil, un smartphone o una tablet, y vive en plataformas tales como mensajes de texto, correos electrónicos, redes sociales, foros online y salas de chat. Equipados con conexión a Internet y un dispositivo con capacidades suficientes, los ciberacosadores pueden causar estragos en sus víctimas, en cualquier momento y prácticamente desde cualquier lugar. Y como el acto no requiere las interacciones cara a cara, como la intimidación física, capturar a los autores a tiempo puede ser difícil.

Ejemplos de ciberacoso

El ciberacoso adopta muchas formas y caras crueles. Un acosador puede enviar mensajes a través del correo electrónico o a través de mensajes de texto con el propósito de burlarse o amenazar a su víctima. En casos más maliciosos, pueden acceder a las cuentas de correo electrónico o redes sociales para robar la identidad de las víctimas o avergonzarlas mediante publicaciones difamatorias en sus nombres. Algunos ciberacosadores van aún más allá; por ejemplo, crean un sitio web destinado a humillar al objetivo que han elegido.

Las tendencias en el ciberacoso tienden a variar entre ambos sexos. Por ejemplo, se sabe que los acosadores masculinos amenazan a otros niños con infligirles daño físico, pero acosan a las niñas con insinuaciones sexuales a través de mensajes de texto. Las niñas, por otra parte, pueden revelar secretos o difundir mentiras y rumores sobre otras niñas para vengarse de supuestos agravios. Algunas desempeñan el papel de "chicas malas" haciendo comentarios desalentadores en sitios de redes sociales y excluyendo a los compañeros de clics online.

Las repercusiones del ciberacoso

Para las víctimas, los efectos del acoso en cualquiera de sus formas pueden oscilar entre sentirse herida y enojada a sentirse odiada y con ganas de suicidarse. No es raro que los que son el objetivo de estos actos de barbarie desarrollen una baja autoestima, ansiedad, depresión y otros problemas que podrían comprometer su salud mental y emocional. El ciberacoso puede tener un impacto aún mayor en sus víctimas en función de los canales en los que tiene lugar el acoso. Por ejemplo, la información confidencial compartida a través del correo electrónico puede enviarse a docenas de compañeros, mientras que las fotos embarazosas pueden llegar a miles de personas cuando las redes sociales están implicadas.

Del ciberacoso al cibercrimen

Aunque la normativa legal aún se está desarrollando en el acelerado mundo de las redes sociales online, el ciberacoso puede convertirse en cibercrimen. En 2011, dos niñas, una de 11 años y la otra de 12, fueron acusadas de ciberacoso e invasión de ordenadores en primer grado por los delitos que presuntamente cometieron contra otra niña de 12 años de edad, quien fue identificada como una antigua amiga. La pareja fue acusada de publicar fotos sexualmente explícitas y mensajes en el perfil de Facebook de la víctima después de conseguir su contraseña. Ambas acusadas se enfrentan a un castigo de hasta 30 días en un centro de detención juvenil por sus presuntos delitos. Este caso es solo un ejemplo de cómo el ciberacoso puede convertirse en un cibercrimen que infringe las leyes vigentes. Al mismo tiempo, subraya la creciente importancia de la seguridad en Internet para los niños.

Acaba con los ciberacosadores

La mejor defensa contra el ciberacoso es la prevención, y los padres pueden desempeñar un papel activo en el proceso mediante el seguimiento de las actividades digitales de su hijo. Además de asegurarte de que sabes con quién se comunican a través del teléfono y los mensajes de texto, puedes utilizar el software de seguridad en Internet para bloquear el acceso a contenido inapropiado en Internet. Y lo que es más importante: habla con tus hijos sobre el ciberacoso. Asegúrate de que saben que pueden hablar contigo o con un maestro, consejero o cualquier otra persona en la que confíen. Cuanto antes hablen, antes podrá alguien poner fin a la locura.

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